Yo, Felipe

hace varios días que vengo queriendo escribir este post, pero por distintos motivos no encontré el espacio.

Y es que a veces (cada vez menos, pero todavía me pasa) giro la cabeza y al ver lo que encuentro me pregunto dónde estoy. Al ver lo que encuentro y lo que no encuentro, podría agregar, considerando eso que dicen los que saben algo de lógica, de definirse por la oposición del contrario.

Y me pasa esto porque de un ámbito de relativa latencia surgieron una serie de hechos abultados y desproporcionales que me ubican hoy en día en un lugar (con todavía más aristas de latencia) donde sinceramente me cuesta reconocerme. No porque el hecho de ser latente, sino por el marco en el que ese futuro está planteado. De repente se dieron demasiados pasos juntos, y cuando doy vuelta la cabeza hacia atrás, ya he perdido casi de vista a todo lo que antes veía adelante, en mi futuro.

Probablemente este post no sea más que para homenajear, aunque sea en silencio y con un dejo de nostalgia en la mirada, a todo aquello (y todos aquellos) que supieron estar en mis futuros, en mis presentes, y que ahora me cuesta encontrarlo en mis pasados.

No da para romper un silencio tan prolongado para decir tremenda obviedad, pero...
Nunca había podido apreciar cuán pelotuda se vuelve la audiencia con Gran Hermano.

Todo venía bien. Tranqui. Alguas cosas podían desestabilizan un alegre transcurrir pero se podía más o menos ir viendo el curso del río.
Sin embargo, lo que era un gigante dormido (bah... tampoco agrandarse; apenas un alto medio gordo con fiaca) empezó a las patadas y complicó la navegación.
No soy de esos a los que les gustan las aguas rápidas pero en algún momento termino cayendo ahí.

Para no amarrar quedaría un año de sobreesfuerzo. Pero no sé si tengo ganas.......

qué poronga es el post anterior.

Empiezo a darme cuenta de que me falta un mes para los 25 cuando, a las 2:30, miro las vueltas que da el muñequito verde del messenger conectándose mientras pienso "qué locura... quién puede estar conectado a esta hora"??

Pensar que hace juuusto un año fui a ver dos espectáculos al mismo teatro, el mismo día...
Pensar que el teatro era el Ateneo...
Pensar que fui a ver a un tipo que me sugirió ir a ver qué onda, y cuando lo vi pensé "tocar ahí arriba es imposible".

Pensar que en unos días voy a tocar ahí da para seguir no pensando.

Hay algunas imágenes que son eternas
Hay algunas noches que son imborrables
Hay alguna gente que es mágica
Hay algunas cosas que son poesía

Y otras que son simplemente verdad.

Hace mucho tiempo (más de un año ya) que no rindo un final
Estoy estudiando una materia de mierda que, encima, es la más larga de la carrera.
No me gusta, no me interesa, no me nada.
La verdad que no sé todo cuanto debería.
Sin embargo, mañana voy a ir a rendir, por un motivo fundamental: nunca voy a llegar a saber más de lo que sé ahora. Es decir que nunca, al llegar a este punto, voy a tener la fuerza para ponerme a profundizar y saber más. Se va a la puta que lo parió!!

Pero la verdad que faltando 24 horas para rendir me tengo que dejar de joder y ponerme a estudiar, no?

Estoy podrido del cliché de "cómo me deprimen las fiestas".
Estoy podrido de que tooooodo el mundo se sienta original atacando un evento cuando, además, apuesto plata que el 95% de los que lo dicen, si no tienen ese marco de contención contra el que putean (cualquiera sea), se quedan llorando como niños desvalidos.
En mi caso, por ejemplo, la navidad no responde a lo que todo el mundo desprecia.
Para mí, la navidad es una cena en verano, donde todos acudimos a casa de una tía mía que vive en Vicente López. Tiene una casa con un jardín en el fondo y un jazmín en la entrada, del cual descubrí su perfume casualmente una noche de navidad, hace tantos años que ni me acuerdo.
Cuando era chico, no me importaba nada. Éramos apenas tres "niños", mi hermana, mi primo mayor y yo. Aunque podía contarse a uno de mis tíos como uno de nosotros.
Resulta que con mi primo conseguíamos a principios de Diciembre la lista de Multicolor y hacíamos un presupuesto de cómo íbamos a gastar nuestro dinero en pirotecnia. Era como esos sueños de armar tu selección, de inventar tu ciudad. Fortunas gastábamos. Pero hasta las 12 no se podía nada. Y mientras? Mientras, algún juego; correr por el jardín o buscar los regalos por la casa (Aunque nunca los encontramos). Después de la cena (que la verdad que mucho no me importaba) venían las cosas dulces, riquísimas. Y ahí sí; las 12 y la avalancha: primero los regalos para salir corriendo a la calle, donde empezábamos a tirar las cosas.
Algunos vecinos de la cuadra se juntaban con nosotros y tirábamos las cosas, compitiendo con los de la esquina de la vuelta; y en algún momento empezaban a caer amigos del barrio que, habíendose liberado de sus hogares, venían con una botella vacía y una cañita adentro.
Me he ido de navidades a las 4 de la mañana, con ganas de quedarme a tirar lo que falta, bajo reprobación de mis padres. Mucho trabajo me costó entender que la gente organizara fiestas post-navidad. Qué les pasa???
Claro; los amigos del barrio se mudaron, la pirotecnia dejó de ser divertida, mi primo se volvió un imbécil, llegaron otros primos chiquitos que no tenían onda, los regalos dejaron de ser juguetes y se volvieron chombas, y la abuela dejó de ser una cómplice para ser una reliquia que ya casi no entiende nada.
Pero nada de todo eso logró que los 24 quiera dejar de estar ahí, y de rescatar las cosas de aquello que todavía está.
Año nuevo fue siempre una fiesta de mierda porque estaba con la otra familia.
Y entonces?
Y entonces me voy todos los años a algún lado (aunque sea al campo) y listo. Andar puteando me parece más que innecesario, cobarde; una solución para no ir contra los que, a su vez, se quejan por cómodos, pero quedan como supuestos contestatarios contra las tradiciones.
Ojalá que hayan tenido felices fiestas.
Y si no las tuvieron, no les echen la culpa.

Amo los cumpleaños de bajo perfil.

No he rendido GRANDES, o ENORMES exámenes en la facultad. Todavía los tengo pendientes.

De última, cuando uno tiene que rendir y no sabe lo que el van a tomar, NUNCA se puede leer TODO lo que se podría haber leído; y siempre cuenta uno con esa cuota de inconsciencia que le permite dar un examen con la esperanza de que ESO no te lo tomen.

Ahora, si el parcial es domiciliario (es decir... si te dan una serie de textos, y te hacen preguntas donde tenés que profundizar, complejizar y relacionar) es IMPOSIBLE no leer algo.

Se acuerdan del post del despertador gigante? Bueno, sonó. Pero tarde. O sea, en esas condiciones que vieron ustedes antes...

Desde el sábado al martes dormí escasos (muy escasos) ratos, tuve ataques de bruxismo, comí poco para no quedarme dormido... Y sin lograrlo, como en un estado de intoxicación, respondí una pregunta 1 que, según mis compañeros, para una primera lectura de los textos, fue brillante.
Pero había una pregunta 2. Y las matemáticas no me daban de NINGUNA manera.
Que la iba a escribir, no tenía dudas. Iba a escribir aunque sea un relato de mis últimas vacaciones. Pero no me iba a quedar sin entregar un domiciliario.
Y así fue, entregué cualquier basura; un vómito inconexo de autores, de ideas, de frases descontextualizadas...

Pero nada de eso es lo importante.

Lo más insólito fue que al llegar a la facultad a entregar el parcial fui pasando los distintos sectores del edificio y en todos me fui encontrando con gente... y todos repetían la misma frase:

"che, no te veo bien... pareces Tom Hanks en Naufrago!!"

la verdad que si algo no puedo decir de mí es que haya sido alguna vez un chico aplicado...
Pero nunca había llegado al extremo de estar a 24 hs de entregar un parcial después de pasar 2 noches leyendo sin dormir y que todavía me falten 200 páginas (y escribir).
Evidentemente, hay algo que no estoy haciendo bien...

Mi primera sesión de terapia fue a mitad de mis 2 años. En aquella época todavía no hablaba con claridad (fui manifiestamente tardío para el asunto) y apenas garabateaba algunas cosas con unas manos carentes de motricidad fina.
De alguna forma pude hacerle entender a mi analista que eso que había volcado en ese papel eran fantasmas. Lo que hizo a continuación fue tomar la hoja y asegurarme que ese papel no saldría de ahí, y que esos fantasmas no podrían molestarme más. Y mis problemas se solucionaron inmediatamente.


Pasó demasiada neurosis bajo el puente como para que las cosas puedan seguir resolviéndose tan fàcil. Sin embargo, decía en el post anterior que los fantasmas, esos "que tienen asuntos pendientes", han dejado de tenerlos conmigo (o mejor dicho yo he dejado de tenerlos con ellos) en este momento puntual de mi vida.
De cualquier forma, no ha habido forma de librarme de que de alguna manera dejen su status de muertos para volver a ser fantasmas por culpa de terceros que se los apropian, o mejor dicho, me los asignan. Les parece justo??

alguien me podría facilitar un despertador gigante que diga "Sí, pibe... EL CUATRIMESTRE YA EMPEZÓ"?

"-No me mire así; a todos nos acosan nuestros fantasmas del pasado".
Eso lo escuché en alguna película que ahora no recuerdo.

Octubre siempre se caracterizó por estar lleno de esos fantasmas. Se caracterizó por ser un maldito mes donde siempre pasaban cosas, y si uno fuera un poco supersticioso podría decir que los incas y los mexicas hacían bien en concebir el tiempo cíclicamente; porque año tras año llegaban estos primeros días del mes y yo no podía dejar de pensar en esa banda de fantasmas, que caían todos juntos.

Por primera vez, esos fantasmas no han aparecido.
Y estoy muy feliz de que así sea.