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lunes, abril 04, 2005

Antes era Marzo, porque el proceso del año era bastante uniforme, y el garrón era simplemente volver a empezar. Pero si bien en Marzo ya no se empieza (aunque siga siendo detestable por motivos múltiples) Abril sigue siendo ese híbrido indefinible. Es esa sensación que aparece cuando suena la campana del fin del primer round: como ya no te pegan, parece que no hay nada más de qué preocuparse. Así uno se afloja y las piñas del segundo ponen en peligro la continuidad de cualquier pelea.

Es la calma que precede a la tormenta... El tercer movimiento de La Pastoral deja entrever que se vienen los timbales, pero inmeditamente salta a las variaciones del tema y te entretiene, haciéndote creer de que te podés salvar de esos parciales que vienen en el movimiento que viene. Para Mayo ya es tarde, donde no te da tiempo a nada, y no pasaron 30 segundos que ya está ese masacote de notas que tiene la fila de contrabajos y esos 100 textos que, entre todas las materias, se juntaron para una semana.

Se complica postear sabiendo esto. El hecho de que no haga nada para evitarlo no quiere decir que no lo sepa y no me de paranoia. Si bien Felipe se angustiaba el viernes porque tenía que hacer la tarea para el lunes, no está en mis planes amargarme. Pero que nadie me espere (menos inspirado) por acá.
Es en realidad una forma elegante de esgrimir una excusa para no escribir, bah. Tómenla como de quien viene.

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