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sábado, julio 16, 2005

Cuando era más niño, las mujeres me gustaban por lo que yo veía que eran. En algunos casos, fascinantemente hermosas, sexys, atractivas... en otros, deslumbrantemente inteligentes...
Daba la casualidad que ni unas ni otras me dieron bola, pero pensé que era porque yo no era suficientemente hermoso o inteligente como para estar a esa altura, y mi objetivo estaba en alcanzar ese nivel.
Hasta que un día descubrí:
1) que no importaba si una mina era una diosa o si era un cráneo: era mucho más interesante el asunto cuando a los dos nos gustaba estar con el otro, hacer cosas y pasar tiempo juntos, compartiendo... de lo que se deduce
2) que no hay "rechazos" tan duros, porque finalmente si una mina no quiere estar con vos, no hay de qué lamentarse, porque no hay nada que "se pierda".

Fue un click determinante en mi vida... sentí un gran alivio... porque me di cuenta de que para que te guste alguien, vos le tenés que gustar de alguna manera, a no ser que te enamores de la tapa de una revista. "Para bailar tango hacen falta dos" me decía mi viejo cada vez que me quejaba de alguna mina que me histeriqueaba.

Sin embargo, como si alguien me mirara responder a los nuevos estímulos y disfrutara a partir de mi confusión (ese Dios de barba en los chistes de Quino), aparecieron minas que ¡oh! querían estar conmigo... pero no querían estar sentimentalmente conmigo, sino sólo afectivamente. Que la mujer con la cual compartí 4 años de amistad excesivamente intensa me dijera "pero es que vos no me gustás como hombre" es probablemente lo peor que te puedan decir.
Así como que otra mina, de la cual estuve tan cerca, de cuya vida me volví "piedra fundamental" en poquísimos meses, me dijo "lo peor es que vos me viste en todos los estados... me viste borracha, vomitando, llorando, de capamento, después de una semana sin bañarme... y sin embargo te gusto; o sea que te gusto en serio". Por lo tanto, a ella, que vio todo eso mismo en mí, yo no le gusto, ni en serio ni en joda.

ahí el enunciado 2) pierde su sentido, y ese que me mira se ríe una vez más de mi desconcierto cuando me encuentro con esas minas, que me dijeron cosas como las anteriores y me mandan mails desde 15.000 km. que dicen "me desperté llorando pensando en vos, y terminé durmiendo con mi mamá porque sola no podía". O con los mensajes de texto "necesitando desubicadamente" saber cómo estoy.
Y claro, se me complica todo... porque me cuesta entender cómo funciona la cabeza de alguna gente. Y tampoco me corresponde entenderla. Simplemente lo único que pido es que no contribuyan al dolor de tener que enterrarlas apareciendo para decir cosas como esas. Vale citar a Manzi en "fuimos":

¡Vete...!
No me beses que te estoy llorando
Y quisiera no llorarte más...
¿No vés...?
Es mejor que mi dolor quede tirado con tu amor,
Librado de tu amor final...
¡Vete...!
¿No comprendes que te estoy salvando?
¿No comprendes que te estoy amando?
No me sigas, ni me llames, ni me beses,
Ni me llores, ni me quieras más...

Queda para el final la respuesta a * en el comment del post anterior: después de decir todo esto... cabe decir que una mina que te hiere "no te merece?" Quién merece a quién? Y quién no se merece qué? No, no creo que valga el mérito para esto. Se hace lo que se puede, *.
Y a las aludidas, que andan cada tanto por acá... no es la idea tirarles todo esto en la cara... pero esta es mi casa; si no quieren ver estas cosas, simplemente no entren más.

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