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lunes, julio 04, 2005

Anoche, por primera vez desde que empezó el cuatrimestre, dormí 9 horas. Suele sucederme que nunca recuerdo lo que sueño, pero de esta sobredosis de somnolencia logré retener un momento en particular.
No sé por qué, no sé bajo qué circunstancia, pero estaba yo en un lugar de ¿playa? (no en la playa propiamente sino en una posible ciudad) y charlaba con mis compañeros de facultad (tendrá que ver con las jornadas en Rosario?) y hablábamos todos muy a los gritos, como con euforia de viaje de egresados, o algo así. Y allá, en el front desk de un hotel o la barra de un bar (difícil de precisar), esperando ser atendida había una chica muy alta con un abrigo largo que parecía como de plumas, que me miraba con la cabeza levemente inclinada, una mueca de pseudo sonrisa en la cara y me hacía un saludo con la mano, que entendí como un "adiós" a lo lejos más que como un "hola".
En ese clima me levanté hoy. Duró poco, pero por un instante me sentí bien, "encaminado", hasta que casi veo algo que por suerte no vi, porque no me habría hecho del todo bien verlo... Así que eso, por lo tanto, fue hoy. Veremos qué pasa mañana. Aunque no creo que la pérdida de una de mis muelas de juicio me permita dormir 9 horas de nuevo.

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