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viernes, abril 16, 2004



Hoy cuando salí de una clase tenía que hacer tiempo y estacioné en Tagle entre Libertador y Figueroa Alcorta, y me quedé mirando cómo caía el agua por el parabrisas, y los árboles de la plaza Uruguay bailando con el viento de la tormenta.
Con el ruidito de las gotas sobre el techo de chapa, recliné el asiento, puse Tony Bennet y disfruté de una hermosa siesta matutina.

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